miércoles, 2 de agosto de 2017

NOTA

El Grillito Sin Censuras

Alfonso Cerdenares Domínguez
**Luego de unos ocho años… **A cada escuela se aportan entre 90 y 200 mil pesos anuales… **“El Servicio de Alimentación es un componente de Escuelas de Tiempo Completo… **La Secretaría debiera de estar pagando horas extras a los trabajadores… **El dinero no alcanza para cubrir las necesidades alimentarias de los estudiantes…
 LUEGO DE UNOS OCHO AÑOS de haberse puesto en marcha el programa Escuelas de Tiempo Completo, la Secretaría de Educación Pública, SEP, a cargo del “burriciego” Aurelio Nuño Mayer, no ha dado un balance, no ha hecho una evaluación convincente a la ciudadanía, quien paga –con sus impuestos –poco más de 12 mil 500 millones de pesos, los cuales, presuntamente se reparten entre todas las instituciones educativas que participan en el susodicho programa gubernamental; sin embargo, ya desde hace un par de años, la misma Secretaría ha reconocido una serie de fallas en su aplicación, pues solamente el 50% de los alumnos están inscritos en esos planteles que tienen su horario ampliado, considerando que son de “jornada escolar completa”;
lo peor del caso es que todo se ha convertido en un verdadero aquelarre, pues se han distinguido hasta 76 horarios distintos de funcionamiento de estas escuelas, lo que acusa una desorganización total, “porque no todos los maestros permanecen el tiempo completo”, mucho menos el personal de apoyo; es más, son los mismos padres de familia quienes han puesto piedras en el camino de este ambicioso programa, de tal forma que muchos de ellos no autorizan a sus hijos estar más tiempo en los planteles, ya que se ha considerado que es antipedagógico que así lo hagan; más peor aún es que a los alumnos “se les cobra” y tienen serias dificultades “para aportar el recurso para los alimentos”; ¡¡¡Pákatelas!!!, ¿acaso no estaba contemplado este gasto en el recurso destinado para cada escuela?; bueno, se dice que A CADA ESCUELA SE APORTAN ENTRE 90 Y 200 MIL PESOS ANUALES, dinero que se gasta como lo acuerde la llamada “comunidad escolar”, en la que presuntamente también están inmiscuidos los padres de familia; a decir de la SEP, “las Escuelas de Tiempo Completo (ETC) son escuelas públicas de educación básica que extienden la jornada escolar para ampliar las oportunidades de aprendizaje de niñas, niños y adolescentes; se proponen mejorar los resultados educativos, fortalecer el desarrollo del currículo, propiciar el logro de aprendizajes con calidad en un marco de equidad, y atender las dificultades y necesidades educativas de todos los alumnos que asisten a ellas. Las ETC brindan el servicio educativo en los mismos 200 días lectivos que los demás planteles, durante una jornada extendida. En las ETC se incrementa el horario para garantizar que exista una mejora en los aprendizajes, al privilegiar la formación integral de los niños y las niñas mediante una Propuesta Pedagógica que ofrece un conjunto de actividades didácticas organizadas en Líneas de Trabajo Educativo estrechamente vinculadas con el Plan y Programas de Estudio 2011. Educación Básica”; ¡¡¡Una bicoca!!!, ¿Ajá… y la Hummer, papi?; ya en su “propuesta pedagógica, su programa asume una serie de líneas de trabajo, como son: “1. Jugar con números y algo más, 2. Leer y escribir, 3. Expresar y crear con arte, 4. Aprender a convivir, 5. Vivir saludablemente y, 6. Aprender con Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC), esta última con un carácter transversal para facilitar el aprendizaje en todas las asignaturas. En el caso de escuelas indígenas, se incorpora también una Línea de Trabajo Educativa más: Leer y Escribir en Lengua Indígena. A cada una de ellas se destinan 30 minutos diarios para preescolar y primaria y 50 minutos para secundaria, trabajando al menos dos líneas por día, excepto las actividades relacionadas con TIC, debido a que se pueden emplear en todas las asignaturas y líneas de trabajo educativas y en cualquier momento de la clase sin carga horaria específica”; más aún, “EL SERVICIO DE ALIMENTACIÓN ES UN COMPONENTE DE ESCUELAS DE TIEMPO COMPLETO que busca beneficiar a las alumnas y los alumnos a través del suministro de alimentos y bebidas acordes con una alimentación correcta, y con el aporte calórico adecuado a su edad, su condición de vida y los nutrimentos necesarios para su desarrollo; con higiene y seguridad. Asimismo, representa la posibilidad de contribuir en el desarrollo integral de los escolares, sin la carga administrativa a directivos y docentes”; al menos, en el texto no dice que los alumnos tengan que aportar cierta cantidad para tener derecho a la alimentación dentro de la escuela; no obstante, la realidad es otra, ya que los gobiernos, sean el federal o los estatales, “pichicatean” los recursos destinados a este programa, por lo que, para el investigador Lorenzo Gómez Morín, el programa de Escuelas de Tiempo Completo ha sido un rotundo fracaso debido a que “no contó nunca con un proyecto educativo”; ¡¡¡Púmbale!!!, más peor todavía, “la desorganización que prevalece en las Escuelas de Tiempo Completo era previsible, pues se pensaron más como un lugar de resguardo para los niños –para padres que trabajan largas jornadas –que para mejorar su aprendizaje; (…) Se crearon para que los niños estuvieran en las escuelas y no en casa solos, o fuera, o en la calle; una medida con una visión social de protección a los niños, pero en el fondo, era un enfoque que no tenía nada que ver con la educación. En el fondo, no hay proyecto educativo (…) porque los niños se aburren y está basado en el voluntarismo de los maestros”; a esto hay que aunarle la falta de recursos suficientes, no hay resultados palpables o halagadores; es más, otro problema es el de los recursos para cubrir las compensaciones de los participantes que, como ya se dijo, no todos quieren “entrarle”, debido a que las escuelas de “tiempo normal”, solamente se cubre una jornada de cuatro horas y media, en el caso de las Primarias y seis horas, en el caso de las secundarias; de esta forma, LA SECRETARÍA DEBIERA DE ESTAR PAGANDO HORAS EXTRAS A LOS TRABAJADORES; sin embargo, al parecer, se trata de homologar horarios de trabajo; esto es, en realidad, “la propuesta es ampliar la jornada escolar a 8 horas, aunque ya en los compromisos del Pacto por México se propuso ampliar de 6 a 8 horas, dependiendo el nivel educativo y modalidad escolar”; es decir, que las escuelas laboren con un horario de 8:00 a 14:30 horas, cuando menos, sin derecho a la alimentación, y hasta las 16:00 horas con alimentos, por lo que cada alumno presuntamente recibe 15 pesos diarios como apoyo alimentario, lo que quiere decir que una escuela de Tiempo Completo que tenga, digamos 500 alumnos, diariamente habrán que destinarse 7 mil 500 pesos diarios para alimentarlos, sin tomar en cuenta el consumo que haga el personal que los atienda; en realidad, esto de los dineros que se “manejan” en las Escuelas de Tiempo Completo es una verdadera falacia, pues EL DINERO NO ALCANZA PARA CUBRIR LAS NECESIDADES ALIMENTARIAS DE LOS ESTUDIANTES y peor aún, para cubrir los salarios de los participantes; esto es, “para los directores de esos planteles habrá una compensación económica de 4 mil 479 pesos y para los maestros de 3 mil 808”, cosa que no se cumple a la cabalidad, pues siempre les regatean su “bono” a los maestros, quienes andan mendigando cada fin de ciclo escolar para que “les paguen”; curiosamente, la implementación de este programa –Escuelas de Tiempo Completo –significa la desaparición de los turnos vespertinos y la saturación de los grupos de alumnos que estudian por la mañana; veremos qué pasa, si no, al tiempo y mejor nos leemos en el próximp Grillito Sin Censuras. Y... ¿Quién es el que anda ahí). E-Mail: elahuizotejr@hotmail.com

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