Oriente Guerrero : NOTA

“No somos todos, nos faltan 43”,
claman miles en la marcha del DF

“No somos todos, nos faltan 43”, claman en la multitudinaria manifestación del DF
*Al final colocan veladoras sobre una pinta monumental con la leyenda “FUE EL ESTADO”

mily Corona, Antonio Baranda y César Martínez / Agencia Reforma

Ciudad de México
El último contingente en llegar al Zócalo fue el de estudiantes de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), Unidad Iztapalapa. Ahí iba el estudiante Balam López, quien caminó más de cuatro horas para llegar a la Plaza de la Constitución, 40 minutos después de que había terminado el mitin en el que familiares de los normalistas emplazaron a las autoridades a presentar a los 43 estudiantes en los próximos dos días.

Junto con sus compañeros, Balam reconstruyó su ruta y reconoció ser uno de los últimos manifestantes.
“Se siente raro porque eres el último de la manifestación de miles y miles, después de cuatro horas llegas. De repente eres el último”, comentó.
Otros cientos que salían del Zócalo aplaudían a este último contingente que salía de la calle 5 de Mayo. Los últimos llegaban, pero en la plancha del Zócalo aún había actividad, sobre todo en una de las esquinas donde decenas de jóvenes se congregaron para colocar veladoras sobre una pinta monumental con la leyenda “FUE EL ESTADO”.
La rabia por lo sucedido a 43 jóvenes en Iguala, Guerrero, levantados por la Policía Municipal el 26 de septiembre, se sintió en las consignas y pancartas que la sociedad civil llevó a la manifestación que ayer salió del Ángel de la Independencia con destino al Zócalo de la Ciudad de México.
Por todos lados, las imágenes de los alumnos desaparecidos devolvieron el rostro a Jhosivani Guerrero, a Marco Antonio Gómez, a Abel García y a otros 40 normalistas cuyas edades oscilan entre los 17 y los 20 años. “La estadística deshumaniza, todos tienen nombre y rostro”, se leía el cartel de un estudiante.
Entre gritos de “vivos se los llevaron, vivos los queremos” y “gobierno farsante que matas estudiantes”, los contingentes se fueron organizando desde la glorieta del Ángel de la Independencia en avenida Paseo de la Reforma.
En la vanguardia se mostró una gran manta blanca con las imágenes de cada uno de los desaparecidos, detrás de ella marcharon familiares de los estudiantes portando fotografías individuales de los detenidos-desparecidos.
Más atrás iban estudiantes de la Normal Rural Raúl Isidro Burgos de Ayotzinapa, seguidos de activistas e integrantes de la comisión civil de interlocución con autoridades, entre ellos el padre Miguel Concha Malo, del Centro de Derechos Humanos Fray Francisco de Vitoria, y Miguel Álvarez, de Serapaz.
En la columna se movilizaron integrantes de la Federación de Estudiantes Campesinos Socialistas de México y del Frente Unido de Normales Públicas de Guerrero, así como alumnos de distintas escuelas y facultades de la UNAM y el IPN.
También marcharon contingentes de la Universidad Iberoamericana, del ITAM, la UAM, la Normal de Maestros, la Universidad de la Ciudad de México y la Superior de Educación Física, entre otras instituciones educativas y organizaciones civiles.
“Uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis…” recitaban los manifestantes hasta llegar al 43 y finalizar su pase de lista con el grito de “justicia”.
Al oscurecer, los manifestantes encendieron sus antorchas y veladoras para demandar la presentación con vida de los estudiantes y castigo a los responsables.
Algunos pintaron esténciles con los rostros de los desaparecidos en el concreto o para recordar que “no somos todos, nos faltan 43”.
Durante el mitin político, se sumaron a la exigencia de localizar a los estudiantes desaparecidos y esclarecer el caso Iguala el Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra y el Frente Popular Francisco Villa.
Daniel Hernández Castrejón, uno de los normalistas sobrevivientes del ataque del 26 de septiembre, confió en que esta marcha ayudará para que el Presidente se entere del nivel de indignación.
Este joven no caía en cuenta de la dimensión de la protesta. “Pues sí se siente el apoyo, pero ¿tú crees que sea más grande que la pasada?”, preguntó.
Para entonces, las autoridades capitalinas informaban que unas 50 mil personas habían participado sin mayores incidentes que una sucursal bancaria vandalizada en el cruce de Palma y 5 de Mayo. Las veladoras de la leyenda “FUE EL ESTADO” continuaban encendidas.